Editorial

Crecimiento preocupante

  • T+
  • T-

Compartir

El magro aumento de 0,1% en el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) en junio sorprendió al mercado, cuyas expectativas oscilaban en un rango entre 0,5% y 2,1%. El ministro de Hacienda ha explicado este bajo resultado a partir de la contracción experimentada por el sector servicios (-1,8%), que a su vez respondió en lo fundamental al subsector educación, el que como consecuencia del adelantamiento de las vacaciones de invierno y de la suspensión de clases derivada de los temporales registró una variación negativa en el mes. Tratándose de un evento transitorio, cabría esperar que el impacto se revierta con signo contrario en la medición del Imacec de julio.

El conjunto de cifras económicas pone de manifiesto que vencer la inercia en crecimiento está resultando difícil, lo que no es fruto del azar.

Pero más allá de este efecto aritmético, no deja de preocupar la tendencia que está mostrando el crecimiento de la economía: luego de una expansión de 2,3% durante el primer trimestre, que hizo a algunos presagiar que el crecimiento del PIB en 2024 podría bordear el 3%, lo que registran las cifras del período abril-junio es una variación de solo 1,6%, de manera que el panorama se presenta menos auspicioso.

De hecho, las proyecciones del Ministerio de Hacienda para 2024 fueron recientemente ajustadas a 2,6%, lo que si bien representa un ajuste numérico marginal (0,1%), en el fondo está transmitiendo una señal de mayor moderación en los niveles de actividad.

El conjunto de cifras presentadas pone de manifiesto que vencer la inercia en materia de crecimiento está resultando difícil, pero ello no es fruto del azar. La inversión no despega en línea con lo que se desprende de las declaraciones de intención; los índices de confianza dejaron de aumentar; el empleo muestra una cierta recuperación, pero de la mano de un aumento del empleo público y de la ocupación informal; y ante una inflación que está mostrando cierta rebeldía para ajustarse a la meta del Banco Central, el instituto emisor está reaccionando con mayor cautela en la administración de la política monetaria, con lo cual el costo del crédito sigue siendo elevado.

Y si a lo anterior le sumamos el fantasma de un nuevo retiro de fondos de pensiones y una situación fiscal muy tensionada, que incluso va a forzar una contracción en los gastos corrientes en lo que resta del año, las perspectivas en materia de tasas de interés de largo plazo tampoco son muy auspiciosas. Definitivamente, el Gobierno debe entregar señales más potentes de su compromiso con el crecimiento, habiendo una buena oportunidad para esto en una profundización del alcance del proyecto de agilización de permisos de nuevos proyectos y en una más efectiva gestión de estos procesos en las distintas reparticiones públicas, así como en los otros proyectos de reforma que está impulsando.

Lo más leído